El Dragón de los Océanos: Mirar a los ojos de la resiliencia. Por Caleb Ordoñez Talavera.

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“¡Por favor que esta historia se pueda contar!…” 

Suplicó la anciana.

Es cuando nuestra realidad nos alcanza. Cuando hemos aceptado la idea de tener que vivir bajo los lacerantes y vibrantes alaridos que ruge desde nuestro espejo. Abatidos por toda ese humeante pasado y constantes fallas; rodeados de testigos que aseguran nuestro destino marcado. Ahí, en medio de promesas que parecen no cumplirse jamás, pero aferrados a la necesidad de una transformación, evolución… nueva vida.

Las aguas de los cambios esperan a quienes sueñan con la libertad. a pesar de los riesgos y peligros. ahondar, mar adentro, en búsqueda de una nueva ilusión, una nueva identidad.

Así es la resiliencia que encierra un cuento tan maravilloso y profundo como lo es “El dragón de los océanos”, que la artista May Reyes logró moldear para dar vida a un relato inolvidable.

Los cuentos, son historias llenas de valor y magia que deben de contarse.

El mundo lleno de fantasía, se clava en las entrañas del ser humano, que con distintos tintes, puede volver a utilizar el don de su imaginación, para abrazar una nueva idea de reinvención; para creer, pues el que cree, tiene fe en crear de nuevo.

Entremos al mundo lleno de colores, cielos, mitos, leyendas, sentimientos y mares, que atesoran un relato lleno de amor, sabiduría, paz, hermandad, evolución y resiliencia, siempre la bendita resiliencia. Esa transformación que solo sucede a partir del dolor y que produce el cambio. El fruto de nuestra nueva esperanza.

Dejemos vernos a los ojos sin temor, al cristal de nuestras huellas y heridas del pasado, que nos permite romper el corazón de piedra, para alcanzar uno de carne, lleno de gratitud, como nos fue prometido. Para incluso, recibir un nuevo nombre.

Otros no entenderán nuestra necesidad de romper paradigmas, salir de la rudimentaria idea de la tensa calma. No comprenderán la necesidad de libertad y liberación. Pero será nuestra historia, la que pueda ayudar a comprender a otros y acompañarles -como lo hizo Balina-, en que sí, si es posible un nuevo hogar; contar una nueva historia, donde el pasado, el presente y el futuro se unen en una perfecta mezcla llena de la confianza que da el propósito de una promesa cumplida.

“El Dragón de los Océanos” debe ser leído y compartido por muchas generaciones. Debe inspirar,

Provocar y desafiar a rebelarse, ante la estoica y degradante realidad de aquellos que han sido condenados a la desilusión y la desesperanza por mandato de su pasado.

“El Dragón de los Océanos”, debe revolucionar las mentes. Como la palabra revolución significa: Dar vueltas con fuerza, hasta que las cosas sean transformadas. Hasta vivir en quietud y paz, en el nuevo mar de Nubu’a.