Esas sillas altas se asemejan a guardianes de costas. Desde ahí se podía ver a lo lejos la impresionante cantidad de personas que salía de un partido, en algunos de los colosos.
Una sola frase era suficiente para ejercer la labor de guía, que cuando levantaba una mano gigante de cartón -comúnmente utilizadas en el béisbol-, señalaba la guarida de todo aficionado: el Metro.
¿Messi, Mbappē, Neymar, Cristiano? Las grandes figuras del Mundial quedaron muy atrás de los orientadores del Metro, las verdaderas estrellas del certamen.
Se acomodaban cada 30 o 40 metros de distancia para dirigir a las masas al destino que era sumamente obvio, pero aún así, causaron furor y se convirtieron en los rockstars del evento deportivo más grande del mundo.
Su eterna sonrisa delata la alegría que viven por ser voluntarios en este Mundial. Vienen principalmente de África y Asia.
El simple gesto de llevar a la gente al Metro era suficiente. Mientras más avanzaba el torneo y la gente se dirigía a dos o hasta tres juegos por día, estos acomodadores fueron convirtiéndose en parte indispensable para la diversión de todo aficionado, sin importar el país de procedencia.
De pronto la sencilla frase se convertía en un rap contagioso. Luego, alguien inventaría una coreografía, que miles estarían ensayando.
A lo lejos se escucha a una muchedumbre cantar: “Olé, olé, olé, Metro this way”. El voluntario desde su megáfono no duda en correarlo también, otros lo cantan al ritmo del Rey: “Pero el Metro es this way”. Esto se convertiría en una guerra de cantos y gritos; una fiesta improvisada en medio de filas interminables.
Si acudiste a la cita mundialista, no me dejarás mentir que estos personajes fueron el alma de los estadios.
Y si no fuiste a Qatar, pero conoces a alguien que sí asistió, te reto a que le hagas esta pregunta en inglés “¿Where is the Metro?”, seguramente le harás rebobinar la mente y lo llevarás de regreso a Doha.
Como la intención de estos amigos era llevarnos justamente al servicio de transporte más impresionante de Qatar, hablemos un poco de ese lujoso y veloz epicentro de emociones -que esta mañana lucía vacío, a la espera de la gran Final en Lusail-.
Los qataríes tienen un especial orgullo por su subterráneo, el cual es considerado el más inteligente del mundo; incluso no tiene conductores.
Seguramente ya has visto fotos y videos de cómo se vivió la fiesta en estos vagones.
Los pisos brillosos, asientos de primera clase, pulcritud y gran espacio, son solo algunas de las características de este monstruo de acero que atravesaba las ciudades de Doha, pasando hasta por debajo del desierto, a 100 kilómetros por hora.
A la mexicana
Todo esto sería imposible de imaginarse sin el cerebro de su diseñador: un mexicano llamado Daniel Rodríguez Escobar, ingeniero industrial, egresado de la Universidad Iberoamericana, quien ha creado los trenes de ciudades como Dubái, Hiroshima, Los Ángeles y El Cairo.
Rodríguez Escobar tuvo que tomar un avión a Doha, en septiembre del 2013. Muy lejana se veía la Copa del Mundo, hasta imposible. “Cuando llegué a Doha solo existía el Cornice y West Bay, todo lo demás no existía, era un desierto… un país del tamaño de Jamaica o casi al Estado de Querétaro”, recuerda Daniel.
La misión era conocer el místico país, a fin de concursar para ganar el proyecto de construcción.
El mexicano, que labora en la empresa japonesa Kinkisharyo, tuvo que visionar un Metro que fuera útil, sumamente moderno, pero que respetara a la cultura árabe y también mostrara el lujo imponente de la entonces ciudad en vías de construcción.
La labor del mexicano fue convencer al entonces Emir y llenar el ojo por completo de la compañía Qatar Rail, los cuales son sumamente meticulosos con cada detalle. Nuestro paisano ideó una arquitectura inspirándose en patrones geométricos para que las ventanas fueran únicas.
“Cambió por completo la imagen; lo combinas con un gráfico especial y de pronto ya tienes un tren completamente diferente a cualquier otro en el mundo. De donde se vea, se sabrá que este es el Metro de Doha”, explica el egresado de la Ibero.
Hacia adentro, las características de los vagones tenían que ser únicas también. Rodríguez explica: “Me dicen ‘oiga, pero mi esposa dice que le gustaría tener más espacio para las bolsas del shopping; oiga es que mi hija dice que cuando se sube al tren le gustaría tener un espacio para los niños’. Ellos están pensando en que lo van a usar ellos y su familia”.
Ante esto y entendiendo que la verdadera gran prueba estaría en el 2022, Daniel presentaría una tres zonas de distinto lujo, según el costo. Siendo la “Golden Club” la más cómoda y opulenta.
Lo complejo de la realización, el vistoso diseño y la operatividad que logró realizar Rodríguez Escobar con el Metro, le llevó a ganar los premios Red Dot Design Award y el iF Design Award 2017.
En este Mundial ha transportado a cientos de miles de pasajeros diariamente, que nunca olvidarán la experiencia de utilizar -totalmente gratis- uno de los sistemas de transporte público más modernos y eficientes.
El mismo donde uno de los personajes mexicanos en el Mundial, “Yair el traviezo”, ha puesto a cantar y bailar a personas de todas las nacionalidades.